RETO 2015: Una obra de teatro

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Un ejercicio de humildad literaria sería poder citar a los grandes autores de la literatura y decir si los has leído o no. Homero, Virgilio, Cervantes, Shakespeare, Dickens… Las obras que perduran siglos y siglos después de haber sido compuestas las denominamos ‘clásicos’, pero rara vez se encuentran ganas y tiempo de leerlos. En mi caso, en un reto literario como el que estoy llevando a cabo este año 2015, lo raro sería no dedicar un espacio a un autor como William Shakespeare.

He leído mucho de Shakespeare este año y, por supuesto, en el pasado. Cuenta la leyenda que si dices tres veces seguidas el nombre de Shakespeare ante un grupo de personas raro será que nadie diga que ha leído Hamlet, Romeo y Julieta, Macbeth o Sueño de una noche de verano. Haced la prueba. No obstante, pare este reto me quedo con un descubrimiento verdaderamente grato, que no es otra cosa que haber disfrutado de la lectura este invierno de Como gustéis.

 

Famoso por sus tragedias, las comedias de Shakespeare suelen encontrarse en el límite de lo que la gente de a pie denomina “obras maestras”. Escrita en 1599, años antes que sus grandes tragedias, tiene todos los requisitos para ser una comedia redonda: humor, juegos de palabras, personajes inteligentes, frases chispeantes, parlamentos llenos de ironía e ingenio, lucha de sexos y amor, mucho mucho amor. Shakespeare fue, sin saberlo, el padre de todos los guionistas de comedia romántica. Como gustéis es una prueba de ello. Una comedia pastoril, donde dos jóvenes, Rosalind (Rosalina en español) y Orlando, después de un breve pero intenso encuentro en la corte, deben exiliarse por motivos familiares y se encuentran en un bosque, donde dan rienda suelta a su amor. ¿Un argumento sencillo? No. Rosalind se disfraza de pastor para huir de los enemigos de su padre y vestido como hombre se ganará el corazón de Orlando. ¿Y ya? No son los únicos que juegan al amor en el bosque, donde otros pastores, así como la prima de Rosalind y el hermano de Orlando, juegan al despiste.

ROSALINA

¡Por mi condición! ¿Crees que porque vaya vestida de hombre llevo calzas y jubón en el carácter? Una pizca más de dilación será un Mar del Sur por descubrir. Te lo ruego, dime quién es y dilo ya. Ojalá fueras tartamuda; el nombre que me ocultas saldría como el vino cuando la botella es de boca estrecha: o mucho de golpe o nada. Te lo ruego, descórchate la boca, que beba tu secreto.

En estas delicias nos encontramos a una verdadera heroína literaria. Una mujer que, gracias a un disfraz de hombre, gana seguridad en sí misma y sus parlamentos, antes dotados del recato femenino, son ahora reyes del ingenio. No es una boba que se enamora del primer púber que se le arrima (Julieta), ni una arpía ansiosa de ambición y poder (Lady Macbeth). Es una mujer que decide huir, decide transformarse y decide descubrirse al final de la obra para entregarse a su padre, también desterrado, y a su amado.

Otra obra disfrutable, ya sea en inglés o en español. Y en teatro, adivino, debe ser espectacular. Valoración: 8/10.

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This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License. Un texto de María José Alfonsel.